EL CABALLERO QUE ERA MÁNAGER
Reinaldo Pilca
Sumergido en un profundo problema, el hombre de las estratégias se vió acorralado. La gente le gritaba: ¡Fuera, fuera! Y el estratega se dejaba llevar...
Pasaban los días y la gente seguía gritando lo mismo, algunos jugadores intercedieron por su estratega y amigo pidiendo que respetaran el trabajo que ejercía. Y el estratega se dejaba llevar...
Difícilmente un fanático entienda lo que es manejar un equipo de pelota. ¿Cómo crear una generación de relevo sin darle oportunidad a los novatos? ¿Cómo le haces ver a un fanático que tu único deseo es ganar, pero que debes rendirle cuentas a alguien que está por encima de tí? ¿Cómo decirle a los fanáticos que no sacaste a un lanzador porque hoy debía lanzar mínimo 1 tercio de inning? ¿Cómo hacerle entender a un fanático que la jerarquía de un jugador en el terreno se respeta? ¿Cómo explicarle a un fanático que las estadísticas están hechas para plantearte hipótesis en tu cabeza, para luego formularlas en el campo? ¿Cómo...?
El fanático no tiene ningún PODER para gritar lo que se le venga en gana a ninguno de los peloteros, coaches o estratega... Y eso lo saben los del campo, pero igual ¡cómo afecta! Afecta el orgullo, que es la armadura que resguarda al ser humano y que está presente detrás de un uniforme; para que a su vez, afecte también al raciocinio, carcomido por la afección emocional provocada por alguna verdad o invento de un fanático desubicado...
Y el estratega no se dejó llevar más...
En una muestra de horadez el estratega decidió no afectar a sus pupilos, por culpa de su "armadura oxidada", la cual dejó corroerse por tantos gritos. También por Amor, amor por una divisa a la cual dió su mejor pensamiento, errado o no, pero que le pertenece sólo a él.
Al final la historia le dió la razón ¡su equipo clasificó!
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Preguntó Vilongo a Pitico:"¿Y quién 'managará' ahora?"
Pitico respondió:"Alguien que viva con un bolígrafo en el pecho".
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"Asunto más de maña... que teoría". Gilberto Santa Rosa
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Gurbai
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