lunes, 31 de diciembre de 2007

CUENTERO AZULTINTO (diciembre 2005)

LLEGÓ EL CUENTERO...
Reinaldo Pilca

Aquella mañana caraqueña preciosa, con dantescas nubes, con brillantísimos rayos de sol, lo que faltaban eran los pajaritos cantando. Todo pintaba para ser un día espectacular, pero había un problema. Evidentemente no era la fecha, no era el sitio, no era el clima... El problema ese día eran ganas, disposición, interés, trasnocho e inasistencia. ¿Por eso sería el knockout?

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Preguntó Vilongo a Pitico:"¿Se puede jugar con 9, sin el asignado?"Pitico respondió:"Y después quién va a preguntar: ¿Cuándo vengo yo?".

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Lo único que se escuchó - susurrante - después del campaneo del bate fue: "¿Cómo me dio jonrón ese flaquito? ¡Ahora sí me jodí yo!".Se acercó el "sior" y le dijo: "No te preocupes, nosotros cerramos y seguro los dejamos".Ya con dos outs en el medio inning siguiente y con hombre en tercera, el "sior" ¡hizo resonar esas palabras en la retina del lanzador¡ Con soberana línea a la derecha, los habían dejado en el terreno.

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Ya al tercer error del inning, del mismo jugador - sí, del mismo jugador -, desde las tribunas se alcanzaba a ver a un jugador saltando, gritando y ademando - en el dogout del equipo del jugador en cuestión -."Debe estar bravísimo para gritar así". Dijo alguien.Y el de al lado le contestó: "Sí, debe ser por unos lentes que tiene en la mano".

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"Échale azúcar al agua, pa' que cuando ganemos por primera vez sepa más dulce". Crisóstomo

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Un Jugador: "¡Ciego marico, 'taba muy alta!"
El Umpire: "¡¡¡Fueeeeeraaaaa!!!".
El Manager: "Nada más decirle ciego los ofende".
Otro Jugador: "¡Que va! Ese lo botó porque le dijo marico. Reclámale igual".
El Manager: "... Pero entonces ¿por qué lo botaste? - dirigiéndose al Umpire -.
El Umpire: "Bueno, porque me dijo que estaba alta".

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Después de horas esperando que escampara, Se notaba al Coach preocupado porque faltaba un jugador para ser nueve exactos. A lo lejos se divisó un microbús repleto de jugadores de su equipo, estaban llegando toditos juntos, y se empezó a dibujar una sonrisa curiosa en el rostro del Coach, y se dijo: "hoy va a ser un gran día". Repentinamente, oyó a lo leeeeejos, una mujer susurrándole: "Mi amor, despiértate que vas a llegar tarde al trabajo".

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"Y los sueños... sueños son". Gilberto Santa Rosa

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Gurbai

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